El bilingüismo, niño, se ha estado cotizando, ahora, según la iglesia, es un sello espiritualmente indeleble, y estoy citando a la propia iglesia, y ningún pecado que se comenta borra la marca invisible.

Si se toma alguna decisión sobre rechazar el bautismo, será eliminado de la lista de católicos, pero no de los bautizados.

Hace poco leí que para incentivar el bautismo, se estaba organizando una reunión masiva, para que sea fácil la toma del sacramento, nunca mejor dicho: la toma.

Es que los curas se han estado dando cuenta que el resto de la humanidad tiene clientes por ir a buscarlos, en cambio ellos se han mal acostumbrado a que nosotros, los católicos, se los llevemos.

Es decir, por siglos, hemos entregado nuestros hijos a ese hábito, sin reflexión ni condena.

Adelaida, estas frita, me dije, mirá lo que causaste; cuando leí eso, pensé que mi decisión de no bautizar a mis hijos ha generado una reacción que hizo que la iglesia cambiara el estilo pastoral.

Antes la iglesia te imponía  un montón de condiciones, actuaban como si fueran el único farmacéutico del pueblo, e imponían reglas, precios, pero ahora, hay demasiadas farmacias, de manera que tienen que modernizar sus demandas, algo así.

Cuando me negué a bautizar a los míos, Sarraceno, escandalizado, se tomaba de las cabeza y decía, qué le voy a decir a mi madre, qué le vamos a decir a nuestros hijos.

La verdad, pensé yo, la verdad es mi apostasía.

El hecho de haber sido hija de católicos, no me permitió la decisión del casamiento sin el rito católico, la religión te toma y toma a tus hijos, e incluso tus decisiones; el hecho de que Sarraceno fuera católico lo habilitaba a pretendiente, por ello no me dejaron probar suerte con Ignacio, que era judío, hijo del dueño del almacén, compañero en la misma escuela, con quien nos tirábamos de los pelos desde niños y nos odiábamos a muerte; pero que al crecer, transformamos los tirones de pelo en tirones de ropa.

Yo creo en Dios, tanto como en la amapola, que aunque no la veo, sé que está, pero eso no quiere decir que tenga alguna relación con la gente que le limpia la casa, sin que suene despreciativo, digo “limpiar” en el sentido de eliminar, los curas y las monjas han estado ahuyentando a la gente durante generaciones, confiando siempre en que la fe los hace volver, y tuvieron razón, aún cuando quise inculcarles a mis hijos una decisión de fe sin subyugarse a la iglesia, ellos decidieron con sus hijos otra cosa.

Tanto mi hija como mi hijo, que son los que tienen niños.

Mi hija menor, no se ha casado, y es mi orgullo, pero no porque no se haya casado, que se lo deseo, sino porque seguramente ha entendido mis sentimientos sin que me haya pedido explicaciones y creo que conjuga con los mismas ideas.

Me he estado preguntado si el hecho de tener niños va a hacerla cambiar de idea, lo del bilingüismo, como dice el niño, aún cuando no es necesaria la permanencia en conjunto con el catolicismo, no le veo sentido.

Hace poco leí un artículo en el que se denunciaban ciertas estafas que se realizaban mediante el celular, el asunto consiste en que te envían un mensaje SMS, y te invitan a jugar o a realizar test o a entrar en determinados sitios, y cuando lo hacés, si es mediante celular, se registra tu número, y con esa acción te inscribiste en no sé qué servicio que te cobran mensualmente.

No sé, quizás es blasfemia, pero para mi este remate de bautismos es algo así como esos mensajes de los SMS, te los van a cobrar de alguna manera, sin que sepas cómo.

Hay otras explicaciones para el innecesario rito del bautismo, si se leen los Evangelios, fuente de toda fe cristiana y católica, no menciona en ningún caso la necesidad de bautizar niños, todo lo contrario, el bautismo debe ser una opción personal, un compromiso conciente del propio interesado.

El asunto con ese tema es que la iglesia toma ese tipo de decisiones, por la gente; primero te inventa que tenes que bautizar a los infantes, luego, que aunque te quieras borrar de ese registro, no hay nada puedas hacer, permaneces de por vida en los registros de los bautizados, así de simple. Sos aunque no quieras. Llevás la marca de por vida, aunque vos lo niegues, ya adulto y conciente.

Por otra parte, esta no es una crítica hacia toda la iglesia, creo que es uno de los subterfugio del clientelismo más efectivo jamás logrado, sino una reflexión sobre lo siguiente: a mi mail lo tiene anotado un montón de empresas que me ofrecen de todo, corpiños anatómicos, cuando ya ni eso es posible, píldoras para la erección, cuando tampoco, talleres, DVD, servicios de celulares, qué sé yo, estoy en esos infinitos listados, que como una marca, aunque no quieras, te tiene “tomada”, es decir, el método mismo de la iglesia, utilizado por gente menos “autorizada”.

A los envíos de mail no deseados, incluso denegados, rechazados, etc, se los denomina Spam.

A mí me resulta indiferente, creo que es lo mismo: cuando una niega “pertenecer”, no hay ningún listado que te haga cambiar de situación.

Que la iglesia continúe insistiendo con tu nombre en un listado es equivalente a mantenerte en un listado de mails, es como un Spam.

Tal como dije al principio, el hecho de poder decir que es un Spam, no evitará la marca invisible, que es probablemente un pecado.

El bilingüismo vitalicio, hasta te habilita para pecar, así dicen los evangelios, el reino de los cielos están abiertos para todos los bautizados.

 

Adelaida Sharp